CAJA DE PRETEXTOS






¿Cómo usar la literatura como pretexto para conversar?
De la misma manera que el cine nos transporta al mundo interior de los personajes, la literatura nos muestra con mayor profundidad a los seres que protagonizan una historia, es en la literatura que podemos comprender el interior que habita al ser humano, sus contradicciones, sueños, deseos y a la vez el retrato del mundo exterior.

Conversar sobre la lectura de un texto, una frase, un fragmento, un relato, un cuento o una novela es recrear lo que leímos, es compartir con otros las emociones que los personajes dejan en nosotros, es abrirnos a un mundo no imaginado, es ampliar la comprensión y ver en compañía de otros la complejidad de nuestro ser.

A través de los libros podemos vivir otras vidas, migrar a otros países, conocer múltiples maneras de vivir, identificarnos con otros, imaginar situaciones y comprometernos con algunas causas.

Te proponemos, para animar la conversación, leer algunos fragmentos de textos que se convierten en una invitación a pensar, a compartir tus sentimientos con otros, a reflexionar sobre situaciones y a imaginar otras posibilidades de ser y estar en el mundo.

A continuación te presentamos algunos fragmentos para que aceptes esta invitación:

“Las buenas influencias no existen, señor Gray. Toda influencia es inmoral… inmoral desde el punto de vista científico. - ¿Por qué? - Porque influir en otra persona es transmitirle nuestra propia alma. Esa persona no piensa con sus propios pensamientos ni arde con sus pasiones naturales. Sus virtudes no son reales para él. Sus pecados, si es que existe tal cosa, son prestados. Se convierte en un eco de la música de otro, en un actor que representa un papel no escrito para él. El objetivo de la vida es el desarrollo de uno mismo. Realizar a la perfección nuestra propia naturaleza: para eso estamos aquí cada uno de nosotros. Hoy en día, las personas tienen miedo de sí mismas. Han olvidado el más alto de sus deberes, el que uno tiene con su propio yo. Por supuesto, son caritativas. Dan de comer al hambriento y visten al mendigo. Pero sus propias almas se mueren de inanición y están desnudas”
Oscar Wilde “EL retrato de Dorian Gray”

Algunas preguntas para conversar sobre fragmentos de libros:
¿Con cuáles conceptos presentados en el texto no están de acuerdo y por qué?
¿Qué reflexiones les produjo el texto?
¿Alguna vez te has sentido como este personaje?
¿Crees que lo que dice el texto es cierto? ¿En qué medida?

A continuación, presentamos los derechos del lector que propone el escritor Daniel Pennac, en su libro "Como una Novela".

DERECHOS DEL LECTOR

Todos los lectores tienen los siguientes derechos[1]:
1. El derecho a no leer 
2. El derecho a saltarnos páginas
3. El derecho a no terminar un libro
4. El derecho a releer
5. El derecho a leer cualquier cosa
6. El derecho al bovarismo
7. El derecho a leer en cualquier sitio
8. El derecho a hojear
9. El derecho a leer en voz alta
10. El derecho a callarnos.


¿Que otros derechos del lector se te ocurren? 



ENSUEÑO

Para fugarnos de la tierra

un libro es el mejor Babel;
y se viaja mejor en el poema
que en un brioso y rápido corcel
Aún el mas pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma es el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.

Emily Dickinson


Una antología poética



Mass media

De los medios de comunicación
en este mundo tan codificado
con internet y otras navegaciones
yo sigo prefiriendo
el viejo beso artesanal
que desde siempre comunica tanto.
Una larga conversación

Cada noche converso con mi padre

Después de su muerte

nos hemos hecho buenos amigos.

Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,



un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde


una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,



ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.





CONVERSACIÓN CON UNA PIEDRA

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Quiero penetrar en tu interior,
echar un vistazo,
respirarte.

-Vete -dice la piedra-.
Estoy herméticamente cerrada.
Incluso hecha añicos,
sería añicos cerrados.
Incluso hecha polvo,
sería polvo cerrado.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Vengo por mera curiosidad.
Sólo la vida permite satisfacerla.
Quisiera pasearme por tu palacio,
y luego visitar una hoja y una gota de agua.
No me queda mucho tiempo.
Mi mortalidad debería ablandarte.

-Soy de piedra –dice la piedra-
Imposible perturbar mi seriedad.
Vete,
no tengo músculos risorios.
Llamo a la puerta de una piedra.
Soy yo, déjame entrar.
Me han dicho que encierras salas enormes y vacías,
nunca vistas y bellas en vano,
mudas, donde nunca han retumbado los pasos de nadie.
Confiésalo: ni tú misma lo sabías.

-Salas enormes y vacías –dice la piedra-.
Pero no hay espacio disponible.
Bellas, quizá, pero no para el gusto
de tus limitados sentidos.
Puedes verme pero nunca catarme.
Mi superficie te da la cara,
pero mi interior te vuelve la espalda.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
En ti no busco refugio para la eternidad.
No soy desdichado.
Ni carezco de techo.
Mi mundo merece el regreso.
Quiero entrar y salir con las manos vacías.
La prueba de haber estado en ti
se limitará a mis palabras
en las que nadie creerá.

-No entrarás –dice la piedra-.
Te falta el sentido de la participación.
Y no existe otro sentido que pueda sustituirlo.
Incluso la vista omnividente
te resultará inútil si eres incapaz de participar.
No entrarás; ese sentido, en ti, es sólo deseo,
mero intento, vaga fantasía.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
No puedo esperar mil siglos
para entrar en tus paredes.

-Si no crees en mis palabras –dice la piedra-,
acude a la hoja, que te dirá lo mismo que yo,
o a la gota de agua, que te dirá lo mismo que la hoja.
Pregunta también a un cabello de tu cabeza.
Estoy a punto de reír a carcajadas,
de reír como mi naturaleza me impide reír.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.

-No tengo puerta –dice la piedra.





Canción para los que saben

sabemos que hay que hacer algo inmediatamente

lo sabemos

pero naturalmente es demasiado pronto para hacerlo

pero naturalmente es demasiado tarde para hacerlo

lo sabemos



que realmente estamos bastante bien

y que así vamos a continuar

y que esto no sirve para nada

lo sabemos



que somos nosotros los culpables

y que  no es culpa nuestra que seamos culpables

y que somos culpables por ese mismo hecho

y que estamos hartos con ello

lo sabemos



que quizá no vendría mal callarse un poco

y que a fin de cuentas no vamos a callarnos

lo sabemos

lo sabemos

y que a nadie podemos ayudar verdaderamente

y que nadie verdaderamente puede ayudarnos

lo sabemos



y que somos tan inteligentes
y libres para elegir entre la nada y lo nulo
y que debemos estudiar este problema muy cuidadosamente
y que echamos dos terrones de azúcar en el té
lo sabemos

que somos enemigos de la opresión
y que los cigarrillos han subido de precio
lo sabemos


y que la nación se está metiendo en un tremendo lío
y que nuestros vaticinios se mostrarán ciertos

y que no sirven para nada

lo sabemos


y que todo esto es verdad
lo sabemos
y que sobrevivir no es todo sino muy poca cosa
lo sabemos
y que sobreviviremos
lo sabemos


y que todo esto no es nada nuevo
y que la vida es preciosa

y que eso es todo

lo sabemos

lo sabemos

lo sabemos perfectamente bien


y que lo sabemos perfectamente bien
eso también lo sabemos.


ODA AL TIEMPO

Dentro de ti tu edad 
creciendo,
dentro de mí mi edad 
andando.
El tiempo es decidido, 
no suena su campana, 
se acrecienta, camina, 
por dentro de nosotros, 
aparece 
como un agua profunda 
en la mirada 
y junto a las castañas 
quemadas de tus ojos 
una brizna, la huella 
de un minúsculo rio, 
una estrellita seca 
ascendiendo a tu boca. 
Sube el tiempo 
sus hilos 
a tu pelo, 
pero en mi corazón 
como una madreselva 
es tu fragancia, 
viviente como el fuego. 
Es bello
como lo que vivimos 
envejecer viviendo. 
Cada dia
fue piedra transparente, 
cada noche 
para nosotros fue una rosa negra, 
y este surco en tu rostro o en el mío 
son piedra o flor, 
recuerdo de un relámpago. 
Mis ojos se han gastado en tu hermosura, 
pero tú eres mis ojos. 
Yo fatigué tal vez bajo mis besos 
tu pecho duplicado, 
pero todos han visto en mi alegría 
tu resplandor secreto. 
Amor, qué importa 
que el tiempo, 
el mismo que elevó como dos llamas 
o espigas paralelas 
mi cuerpo y tu dulzura, 
mañana los mantenga 
o los desgrane 
y con sus mismos dedos invisibles 
borre la identidad que nos separa 
dándonos la victoria 
de un solo ser final bajo la tierra.





 CUENTOS INSPIRADORES

"La literatura es la infancia recuperada"
Roland Barthes



BEATRIZ O LA POLUCIÓN
Mario Benedetti


Dijo el tío Rolando que esta ciudad se está poniendo imbancable de tanta polución que tiene. Yo no dije nada para no quedar como burra pero de toda la frase sólo entendí la palabra ciudad. Después fui al diccionario y busqué la palabra imbancable y no está. El domingo, cuando fui a visitar al abuelo le pregunté qué quería decir imbancable y él se ríó y me explicó con buenos modos que quería decir insoportable. Ahí sí comprendí el significado porque Graciela, o sea mi mami, me dice algunas veces, o más bien casi todos los días, por favor Beatriz por favor a veces te pones verdaderamente insoportable. Precisamente ese mismo domingo a la tarde me lo dijo, aunque esta vez repitió tres veces por favor por favor por favor Beatriz a veces te pones verdaderamente insoportable, y yo muy serena, habrás querido decir que estoy imbancable, y a ella le hizo gracia, aunque no demasiada pero me quitó la penitencia y eso fue muy importante. La otra palabra, polución, es bastante más difícil. Esa sí está en el diccionario. Dice, polución: efusión de semen. Qué será efusión y qué será semen. Busqué efusión y dice: derramamiento de un líquido. También me fijé en semen y dice: semilla, simiente, líquido que sirve para la reproducción. O sea que lo que dijo el tío Rolando quiere decir esto: esta ciudad se está poniendo insoportable de tanto derramamiento de semen. Tampoco entendí, así que la primera vez que me encontré con Rosita mi amiga, le dije mi grave problema y todo lo que decía el diccionario. Y ella: tengo la impresión de que semen es una palabra sensual, pero no sé qué quiere decir. Entonces me prometió que lo consultaría con su prima Sandra, porque es mayor y en su escuela dan clase de educación sensual. El jueves vino a verme muy misteriosa, yo la conozco bien cuando tiene un misterio se le arruga la nariz, y como en la casa estaba Graciela, esperó con muchísima paciencia que se fuera a la cocina a preparar las milanesas, para decirme, ya averigüé, semen es una cosa que tienen los hombres grandes, no los niños, y yo, entonces nosotras todavía no tenemos semen, y ella, no seas bruta, ni ahora ni nunca, semen sólo tienen los hombres cuando son viejos como mi padre o tu papi el que está preso, las niñas no tenemos semen ni siquiera cuando seamos abuelas, y yo, qué raro eh, y ella, Sandra dice que todos los niños y las niñas venimos del semen porque este liquido tiene bichitos que se llaman espermatozoides y Sandra estaba contenta porque en la clase había aprendido que espermatozoide se escribe con zeta. Cuando se fue Rosita yo me quedé pensando y me pareció que el tío Rolando quizá había querido decir que la ciudad estaba insoportable de tantos espermatozoides (con zeta) que tenía. Así que fui otra vez a lo del abuelo, porque él siempre me entiende y me ayuda aunque no exageradamente, y cuando le conté lo que había dicho tío Rolando y le pregunté si era cierto que la ciudad estaba poniéndose imbancable porque tenía muchos espermatozoides, al abuelo le vino una risa tan grande que casi se ahoga y tuve que traerle un vaso de agua y se puso bien colorado y a mí me dio miedo de que le diera un patatús y conmigo solita en una situación tan espantosa. Por suerte de a poco se fue calmando y cuando pudo hablar me dijo, entre tos y tos, que lo que tío Rolando había dicho se refería a la contaminación atmosférica. Yo me sentí más bruta todavía, pero enseguida él me explicó que la atmósfera era el aire, y como en esta ciudad hay muchas fábricas y automóviles todo ese humo ensucia el aire o sea la atmósfera y eso es la maldita polución y no el semen que dice el diccionario, y no tendríamos que respirarla pero como si no respiramos igualito nos morimos, no tenemos más remedio que respirar toda esa porquería. Yo le dije al abuelo que ahora sacaba la cuenta que mi papá tenía entonces una ventajita allá donde está preso porque en ese lugar no hay muchas fábricas y tampoco hay muchos automóviles porque los familiares de los presos políticos son pobres y no tienen automóviles. Y el abuelo dijo que sí, que yo tenía mucha razón, y que siempre había que encontrarle el lado bueno a las cosas. Entonces yo le di un beso muy grande y la barba me pinchó más que otras veces y me fui corriendo a buscar a Rosita y como en su casa estaba la mami de ella que se llama Asunción, igualito que la capital de Paraguay, esperamos las dos con mucha paciencia hasta que por fin se fue a regar las plantas y entonces yo muy misteriosa, vas a decirle de mi parte a tu prima Sandra que ella es mucho más burra que vos y que yo, porque ahora sí lo averigüé todo y nosotras no venimos del semen sino de la atmósfera.






LA RANA QUE QUERÍA SER UNA RANA AUTÉNTICA 

Augusto Monterroso 

Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.

Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad.

Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.

Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.

Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.

Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo. 



Algunas preguntas que pueden servir de para usar fragmentos de libros son: 

¿Con cuáles conceptos presentados en el texto están de acuerdo y por qué?

¿Con cuáles conceptos presentados en el texto no están de acuerdo y por qué?

¿Qué reflexiones les produjo el texto? ¿existe algún parecido con su realidad?

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